Javier DiViero, Experto en Cosmética y Dermofarmacia, y Maquillador profesional.
Un error que solemos cometer a la hora de recomendar un producto cosmético es tener en cuenta la edad de la consumidora y esto es un error. La edad simplemente es un valor numérico que nos puede indicar ciertos aspectos como la etapa fisiológica o la actividad celular en la que se encuentra la piel, pero a lo que debemos dar prioridad es a la necesidad.
Podemos encontrarnos una piel de 20 años con más necesidades cutáneas que una de 60, en este artículo vamos a aprender a identificar los diferentes tipos de necesidades que podemos encontrarnos y sus principales principios activos y productos que podemos recomendar.