esenciales para el bienestar personal. En este panorama, el segmento del cuidado de la piel ha cobrado especial relevancia, superando al mercado con un aumento del 6%, alcanzando los 3.400 millones de euros en consumo. Aunque Stanpa no desglosa las cifras específicas de cada subcategoría en detalle, se observa una tendencia al alza en la demanda de productos para el cuidado corporal. Factores como una mayor concienciación sobre el autocuidado, la influencia de las redes sociales y la búsqueda de la belleza holística han impulsado este crecimiento. Además, el canal digital ha desempeñado un papel crucial, facilitando el acceso a una amplia gama de productos y promoviendo la educación del consumidor en torno al cuidado corporal. Tendencias emergentes: el cuerpo como nuevo territorio cosmético La cosmética corporal está experimentando una profunda transformación. Lo que antes era un gesto rutinario —una loción después de la ducha o una crema anticelulítica en verano— se está convirtiendo en un ritual completo, técnico y sensorial, alineado con valores éticos y sostenibles. Estas son algunas de las principales tendencias que están marcando el rumbo del sector: Skinification: el rostro ya no es el único protagonista Una de las tendencias más claras es la skinificación corporal, es decir, la incorporación de ingredientes y rutinas habituales del cuidado facial al cuidado corporal. El retinol, la niacinamida, el ácido hialurónico, los péptidos, las ceramidas y los AHA/BHA, entre otros ingredientes activos, se incluyen ahora en fórmulas corporales que prometen mejorar la textura, la luminosidad y la firmeza de la piel. Los consumidores ya no se conforman con la simple hidratación; buscan productos con eficacia comprobada que aborden problemas como la flacidez de la piel, la queratosis pilaris, las manchas oscuras e incluso el acné corporal. Ritual, sensorialidad y bienestar En consonancia con la creciente importancia del autocuidado, los productos corporales también se están ritualizando. Texturas agradables, aromas relajantes, ingredientes de origen natural y técnicas de masaje o aplicación son esenciales para una experiencia que va más allá de la eficacia. Una de las tendencias más claras es la skinificación corporal, es decir, la incorporación de ingredientes y rutinas habituales del cuidado facial al cuidado corporal
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