cial para formular y prescribir productos eficaces: ●UVB: penetran en la epidermis, activan la síntesis de vitamina D, pero también provocan quemaduras solares, inflamación y aumentan el riesgo de cáncer. ●UVA: penetran más profundamente, atraviesan cristales y nubes, causando inmunosupresión cutánea y fotoenvejecimiento. ● Infrarrojos (IR-A): representan el 50% de la radiación solar que alcanza la Tierra. Producen calor, eritema y aceleran el envejecimiento. ●Luz visible (HEV): incluye la luz azul de pantallas. Estimula la melanogénesis vía tirosinasa, especialmente en fototipos altos, y promueve la degradación del colágeno a través de metaloproteinasas. Fotoprotección tópica: más allá del SPF El SPF (Sun Protection Factor) continúa siendo el parámetro de referencia, pero hoy los profesionales recomiendan fotoprotectores de amplio espectro (UVA/UVB/IR/HEV), con altos niveles de SPF (50 o 50+) para compensar la aplicación insuficiente habitual (solo ¼ de la dosis recomendada), y que además incluyan beneficios añadidos. Reaplicación y eficacia son claves: incluso los protectores resistentes al agua pierden eficacia tras 40 minutos de inmersión y secado con toalla, eliminando hasta el 70% del producto. Por ello, la reaplicación cada dos horas (o tras baño/sudoración) es imprescindible. Filtros solares: físicos, químicos y nuevas tecnologías Los filtros solares se clasifican principalmente en: ● Físicos o minerales (como dióxido de titanio u óxido de zinc): reflejan la radiación como pequeños espejos. En su versión nano, ofrecen mayor disLa diversidad de formatos de los nuevos fotoprotectores permite elegir mejor según las necesidades. La fotoprotección tópica es cada vez más sensorial, efectiva y sostenible, respondiendo a las demandas del consumidor informado
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