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32 green zone ENTREVISTA GREENZONE GREENZONE GREENZONE GREENZONE GREENZONE GREENZONE GREENZONE ¿De qué manera cree que el lenguaje edadista se manifiesta en la publicidad actual? Cada vez hay más marcas, como Laconicum, que están apostando por una comunicación inclusiva con la edad, señal inequívoca de que la campaña ‘Libre de edadismo’ marca un camino sin vuelta atrás. Pero aún abundan los mensajes “antiedad”, “antienvejecimiento”, “antiarrugas”, “antiflacidez”… Todo un sinfín de expresiones que nos recomiendan “combatir”, “eliminar” o “revertir” los signos de la edad. El hecho de que este lenguaje edadista esté tan normalizado y extendido, habiendo saltado del sector cosmético a otras esferas de la vida, no quiere decir que no nos perjudique. De hecho, esta normalización es uno de los principales problemas del edadismo, tal como advierte Naciones Unidas y numerosos estudios. Por eso, a través de esta campaña, desde Grandes Amigos queremos despertar conciencias y generar un debate social y mediático hasta ahora silenciado, a pesar de que cada vez hay más consumidoras cansadas de esta publicidad que les recuerda que tienen que parecer eternamente jóvenes. ¿Qué impacto tiene, en su opinión, el uso de términos como “antiedad” en la salud mental y autoestima de las personas mayores? Vivir en un entorno que excluye por el aspecto físico o la edad afecta tanto a la forma en que una persona es tratada por los demás como a la manera en que se percibe a sí misma, si se acepta o se rechaza al mirarse al espejo. De hecho, vivir con una percepción negativa sobre la edad puede reducir la esperanza de vida en 7,5 años, tal como ha demostrado la ciencia (estudio de Levy, B. R., & Banaji, M.). Hablamos de salud, pero también de dignidad y de derechos, de igualdad de trato, de acceso y desarrollo en el mercado laboral, de participación social, de freno a la sexualidad y a las relaciones afectivas, entre otros efectos. Son parcelas de la vida condicionadas por los prejuicios que tenemos en torno a la edad. El edadismo tiene efectos graves en la salud física y mental de las personas mayores, aumentando el riesgo de soledad, baja autoestima, depresión, deterioro cognitivo e incluso suicidio (tema tabú a pesar de representar el grupo de población con mayor tasa de suicidio en España), tal como advierte Naciones Unidas en el Informe Mundial sobre el Edadismo. Precisamente este estudio advierte de otros perjuicios del edadismo que golpean a toda la sociedad, como es el incremento del coste económico de la sanidad y los cuidados, o el déficit democrático que supone poner trabas a la participación de las personas mayores. Pero sería un grave error considerar el edadismo y la publicidad antiedad como cuestiones que afectan exclusivamente a las personas mayores. La clave pasa por abordarlos como un problema transversal que afecta a toda la sociedad y a todas las edades, en especial a las mujeres. ¿Por qué es fundamental que empecemos a reflexionar, como sociedad, sobre el lenguaje que se usa para hablar del paso del tiempo o del envejecimiento? Porque no reflexionar ni actuar hoy contra este tipo de edadismo es tirar piedras contra nuestro propio tejado. De qué sirve consumir productos que tratan de cuidarnos si a la vez esos productos nos inducen a ocultar el paso del tiempo y nos llevan a pensar que ser o parecer mayores está mal, cuando justamente todos queremos alcanzar la longevidad. A nivel personal, esta contradicción se traduce en un autorrechazo a nuestro cuerpo, “YA NO HABLAMOS DE PERSONAS DE 50 O 40 AÑOS, TAMBIÉN VEMOS CÓMO CADA VEZ MÁS ADOLESCENTES SE SUMERGEN EN ESTA BATALLA CONTRA LA EDAD MUCHO ANTES DE QUE SU CUERPO MUESTRE SEÑALES DE ENVEJECIMIENTO”

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