43 consumidores suelen percibir el vidrio como la opción más sostenible, existen situaciones en las que el plástico ofrece mejores resultados. Al comparar materiales, se deben considerar varios factores: producción de materias primas, logística y eliminación al final de su vida útil. A primera vista, el vidrio parece la opción más sostenible, ya que se fabrica a partir de recursos naturales como arena, carbonato sódico y piedra caliza, mientras que el PET se deriva de combustibles fósiles. Sin embargo, al considerar las emisiones de CO2, el PET presenta una ventaja debido al alto consumo energético requerido para su producción. En términos de transporte, el PET también genera una huella ambiental menor, ya que su ligereza reduce las emisiones. Pero, en lo que respecta a la eliminación al final de su vida útil, el vidrio presenta una ventaja: no es tóxico y se recicla ampliamente en un sistema de circuito cerrado. En general, el PET tiende a tener un menor impacto en aplicaciones de un solo uso, mientras que el vidrio es preferible en sistemas reutilizables. No obstante, en última instancia, la sostenibilidad depende del contexto específico. Ambas industrias trabajan continuamente para optimizar sus materiales y procesos para lograr una mayor sostenibilidad; muchas de estas innovaciones se presentan en el glosario y folleto de Material Lab. En el sector del vidrio, los fabricantes están reduciendo las emisiones mediante la implementación de calefacción eléctrica, paneles solares y diseños de botellas ligeras. Mientras tanto, la industria del plástico está desarrollando monomateriales y mejorando su reciclabilidad, como la lámina de APET flotante para bandejas, que se separa fácilmente durante el proceso de reciclaje. Tendencias como impulsores de materiales sostenibles Además de los cambios regulatorios, las tendencias de la industria son un importante impulsor de la innovación en el sector del envasado. En esta área, se presencia una fuerte transición hacia soluciones basadas en el papel, innovadoras, impulsadas por las preferencias del consumidor, así como materiales reciclables que puedan reintegrarse en la cadena de valor. Los principios de Reducir y Reutilizar (minimizar el uso de materiales y probar sistemas reutilizables) también están cobrando impulso nuevamente. Mientras tanto, los bioplásticos y los materiales compostables se encuentran en un estancamiento. Su mayor desafío radica en la disponibilidad y la infraestructura de gestión de residuos. Los plásticos compostables industrialmente a menudo no se adaptan a las instalaciones de compostaje existentes y, en su lugar, se separan e incineran. Si bien los materiales compostables en el hogar ofrecen una solución más práctica, aún se requiere mayor desarrollo. Con demasiada frecuencia, los conceptos prometedores se quedan cortos ante las limitaciones del mundo real. Al mismo tiempo, la digitalización está avanzando a pasos agigantados en el sector del envasado, especialmente con la introducción del Pasaporte Digital de Producto (DPP), cuya implementación en toda la UE está prevista para 2027. Con regulaciones y tendencias que se refuerzan mutuamente, creemos que el movimiento hacia la circularidad en los materiales de envasado ha alcanzado un punto de inflexión, uno que ya es imparable. colaboración
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