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asistentes jugaban a un juego para recordar las notas olfativas. Eso es lo que buscamos: generar una conexión con el consumidor. Luego comprará o no, pero lo importante es que se acuerde de ti. PyD está presente en mercados muy diversos. ¿Cómo se equilibra una estrategia de comunicación global con la necesidad de adaptar el mensaje a las particularidades culturales y comerciales de cada país? PyD está presente en más de 85 países, así que esa estrategia “local-global” empieza a ser cada vez más compleja. Lo que hacemos desde aquí es definir una narrativa global muy sólida, pero luego dejamos que cada mercado actúe localmente. Y es que no tendría sentido hacerlo de otra forma. Hay que adaptar el mensaje, los canales y las activaciones según cada mercado. No es lo mismo operar en México que en China, el consumidor no es el mismo, ni busca lo mismo. Y lo más importante es entender que no se trata solo de traducir, sino de trascrear. Es decir, adaptar realmente el mensaje al contexto cultural y lingüístico. Por ejemplo, en China no puedes traducir un eslogan tal cual, hay que testarlo, hay que cuidar muchísimo cómo se escribe y cómo se interpreta. Nosotros somos una empresa con vocación internacional desde nuestros inicios, desde que mi padre fundó PyD. Siempre hemos trabajado así: con una estrategia global clara, pero confiando en los equipos locales para adaptar y ejecutar según su criterio y conocimiento del mercado. Tras la pandemia se han observado cambios significativos en el comportamiento del consumidor, desde la elección de las notas pasivas más opulentas hasta una mayor consciencia medioambiental, ¿cómo responde PyD a estas nuevas demandas del mercado? Lo hemos visto como una oportunidad. Al final, todo cambia y, o te adaptas, o desapareces. Esa preferencia por notas más opulentas, especialmente en generaciones muy jóvenes, a mí me resulta curiosa. Creo que responde a una necesidad de autoafirmación y presencia después de un periodo de confinamiento y falta de contacto. Es como decir: “Esta es mi personalidad y quiero que el mundo la conozca”. Lo que hemos vivido nos ha llevado a buscar nuevas formas de expresión. De hecho, hace unos diez años el mercado español estaba dominado por aguas frescas, que eran las favoritas, pero ahora casi han desaparecido, y los Eau de Toilette tienen cada vez menos peso. En cambio, estamos viendo un auge claro de Eau de Parfum e incluso Parfums intensos, todo lo que sea más opulento y contundente. Desde PyD, nos hemos sumado a esta tendencia, que a nivel creativo me parece fascinante. Pero también, con todo el tema de la conciencia medioambiental, que para mí es una realidad ineludible, hemos transformado nuestra forma de trabajar de manera transversal. Estamos reformulando fragancias junto con las casas de perfumería más importantes con las que colaboramos, apostando por procesos de producción mucho más limpios. La sostenibilidad ha dejado de ser un valor añadido para convertirse en un criterio decisivo de compra. ¿Qué iniciativas destacaría PyD en términos de formulación, envases y procesos para reducir su impacto ambiental? Además de la reformulación de las fragancias, en cuanto al packaging, vamos a implementar envases recargables, ya que es una tendencia creciente, aunque aún incipiente en consumo, pero que las marcas estamos adoptando. También apostamos por materiales reciclados y cintas de bajo impacto. Más allá del producto, estamos redefiniendo la estrategia de nuestras marcas, haciéndolas mucho más cercanas y transparentes. Queremos comunicarlo abiertamente. Antes, si se hacía algo a nivel medioambiental había que ser muy cauteloso, pero ahora sí que lo comunicamos de forma clara y honesta. Más allá del producto, la sostenibilidad implica también

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