28 colaboraciones TENDENCIAS COSMÉTICA beauty se imponían desde las pasarelas, se lanzaban desde los laboratorios o las grandes cadenas de distribución. Sin embargo, la irrupción de TikTok, Instagram y comunidades online ha democratizado la creación de estéticas. Hoy, no existe una narrativa dominante: conviven decenas de micro-tribus, cada una con su propia estética y códigos. Algunos de los ejemplos más recientes de este fenómeno son: el Skinimalism que apuesta por rutinas reducidas a lo esencial (limpieza, hidratación y SPF), la DewySkin o glass skin, que eleva el brillo natural y el efecto “piel húmeda” como ideal aspiracional o la #CleanGirlAesthetic, minimalismo estético con peinados pulidos, cejas naturales y maquillaje apenas perceptible. El gasto medio anual en belleza en España, de 221,6 € por persona, refuerza esta tendencia: las elecciones son cada vez más conscientes y selectivas. Las marcas se ven obligadas a adaptarse con mensajes múltiples, diseñados para tribus que no quieren sentirse masificadas, sino representadas. Las marcas que triunfan son las que cuentan múltiples historias a la vez, respetando la diversidad de identidades digitales y físicas de sus consumidores. 2. Neurociencia y belleza: del skincare al braincare: no solo cuidamos la piel, también cuidamos cómo nos hace sentir. Si algo caracteriza a la nueva ola beauty es su enfoque en el bienestar mental. No se trata solo de lo que un producto hace en la piel, sino de cómo nos hace sentir. Aquí entra en juego la neurocosmética, un campo que combina neurociencia y cosmética para activar respuestas emocionales a través de aromas, texturas y principios activos. El mercado global de neurocosméticos alcanzó los 1.800 millones USD en 2023 y podría llegar a 3.100 millones en 2030, con un crecimiento anual cercano al 8 % (Euromonitor). No se trata de una moda pasajera: la ciencia respalda este movimiento. Se investiga cómo moléculas específicas pueden modular neurotransmisores relacionados con el placer, la calma o la vitalidad, traduciéndose en experiencias cosméticas más completas. En España, aunque aún es un nicho, este enfoque encaja con el auge del autocuidado y la búsqueda de bienestar emocional post-pandemia. La Generación Z, por ejemplo, integra prácticas como la meditación, la astrología o los rituales de autocuidado en su día a día, y espera que la cosmética se alinee con ese universo. Algunos ejemplos de innovación internacional que ilustran cómo la neurociencia aplicada a la belleza se materializa en productos y experiencias concretas son: • Perfumes diseñados para estimular estados emocionales específicos (energía, calma, confianza). Firmas de nicho y grandes casas trabajan con para identificar cómo ciertas notas olfativas activan áreas cerebrales vinculadas al bienestar. El auge “Skinimalism, DewySkin, glass skin y #CleanGirlAesthetic: las micro-tribus que marcan la belleza”
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