¿Cómo nació Veralab y cuál fue el punto de partida que la llevó a convertirse en una referencia dentro del sector cosmético italiano? Veralab nació de una necesidad. Una necesidad que tomó forma escuchando las inseguridades y necesidades de las mujeres que tuve la suerte de tener como clientas en mi estudio de belleza. No fue un proyecto planificado; al no verme reflejada en un mercado construido sobre estereotipos, decidí crear una línea de productos para mí y, sobre todo, para ellas. Todo comenzó, casi por casualidad, con su blog L’Estetista Cinica. ¿Cómo recuerda esa etapa y cómo cree que esa voz tan honesta y directa le ayudó a conectar con tantas mujeres? El blog fue, sin duda, el espacio donde pude expresarme de la forma más auténtica. Era como estar en casa, en mi salón, intercambiando ideas con personas que sentía que conocía. De ahí surgió un diálogo honesto, que generó confianza y sentido de pertenencia: la comunidad tomó forma día tras día, gracias a una conversación abierta, libre de artificios y de promesas imposibles de cumplir. Veralab ha sabido diferenciarse con un mensaje honesto y realista: “Vendemos productos, no milagros”. ¿Cómo cree que este enfoque ha impactado en la manera de comunicar dentro del sector cosmético? El momento fue el adecuado, pero lo enmarcaría de forma más amplia: la gente estaba cansada de los estereotipos de belleza que prometían resultados irreales. La genética define el cuerpo de cada uno, y un cosmético nunca podrá darte una silueta que no es la tuya ni devolverte la firmeza de los veinte años. Fue una especie de rebelión contra un estilo de comunicación que encasillaba a las personas, fomentando la inseguridad y el sentimiento de no ser suficiente. 43 CRISTINA FOGAZZI emprendedoras cosméticas CRISTINA FOGAZZI, Fundadora de Veralab “Veralab nació de una necesidad que tomó forma escuchando las inseguridades y necesidades de las mujeres que tuve la suerte de tener como clientas en mi estudio de belleza”
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