El mundo de la cosmética y la perfumería siempre ha tenido algo mágico; envases que emocionan, que cuentan historias, que te hacen soñar y sentir que realmente eres especial. Pero hoy, ese envase que tanto cuidamos (e invertimos) está en el centro de una transformación enorme. Ya no basta con que sea bonito e innovador, que transmita mensajes y a la vez esté conectado con tecnología. ¡Ahora además tiene que ser responsable con el planeta! Todos sabemos que, hasta hace relativamente poco, ser sostenible era una elección voluntaria, un extra para algunas marcas visionarias. Hoy se ha convertido en una obligación ineludible. Los datos lo dejan claro: en Europa el 40 % de los plásticos consumidos proviene de envases y la mitad de la basura marina tiene el mismo origen. Cada europeo genera unos 190 kilos de residuos de envases al año. No es de extrañar que Bruselas haya intensificado las regulaciones para transformar cómo diseñamos, producimos y gestionamos nuestros residuos, con un paquete legislativo ambicioso que cambiará el rumbo del packaging. Desde el nuevo Reglamento de Envases y Residuos (PPWR), hasta la Directiva contra el greenwashing y el futuro Pasaporte Digital de Producto (DPP), con su Reglamento de ecodiseño para productos sostenibles. Para mí es un momento muy interesante, porque todo este movimiento nos lo podemos tomar de dos formas; podemos vivir la sostenibilidad como El packaging, más que nunca, se convierte en el principal embajador de la transparencia, la circularidad y la autenticidad en un sector donde las experiencias, la confianza y la emoción siguen siendo esenciales. Mariano Lesser, CEO Blomon, (Consultora híbrida (humanos + Ai) que ofrece soluciones para enfrentar los principales desafíos de la industria beauty. El nuevo lujo es circular: de la obligación a la oportunidad 65 PACKAGING colaboraciones
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