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67 PACKAGING colaboraciones una estrategia de packaging sostenible también mejora el retorno económico. Menos peso y volumen significa menos costes en transporte y materias primas. Apostar por materiales reciclados minimiza impuestos y tasas. Y un envase recargable puede convertirse en una experiencia premium que abre nuevos modelos de negocio y genera fidelización. Y todo ello impacta directamente en la reputación, en la confianza de los inversores y en el acceso a nuevas fuentes de financiación verde. Una idea clave: lo que no se mide, no se mejora. Medir resultados es imprescindible, desde la tonelada de materiales ahorrados hasta la huella de carbono evitada, pasando por la evaluación del engagement o la percepción de sostenibilidad de los clientes. Integrar estos indicadores al reporting corporativo y al marketing transforma la sostenibilidad en un argumento tangible de retorno de la inversión y conecta el lenguaje de la sostenibilidad con el de los negocios. Yo pienso que un error muy común es ver las regulaciones como un obstáculo. La clave está en entenderlas como una hoja de ruta. Cada exigencia legal y cada nueva preferencia del consumidor son, en realidad, palancas de transformación estratégica. Integrar la sostenibilidad en el corazón de las empresas no solo asegura el cumplimiento normativo, sino que permite innovar, diferenciarse, optimizar costes en toda la cadena de valor y así mejorar los márgenes. Estamos ante una oportunidad única para redefinir el futuro de la belleza. La sostenibilidad no es una tendencia pasajera ni un requisito aislado, es el nuevo lenguaje del sector, un lenguaje que combina estética, responsabilidad y negocio. La pregunta no es si podemos adaptarnos, sino cómo queremos liderar este cambio. Si lo hacemos de manera anticipada y con visión estratégica, la sostenibilidad no será una obligación, sino una ventaja competitiva. Hacerlo solo por complience no va a generarnos ninguna ventaja. Es importante entender que la transformación no será viable si no involucra a toda la cadena de valor: los directivos que toman decisiones, los inversores que apoyan el cambio, los diseñadores que crean experiencias, los consultores que acompañan procesos, los medios de comunicación que divulgan, los proveedores que innovan y los consumidores que eligen. Todos tenemos la responsabilidad compartida de impulsar este proceso, cambiando la mentalidad de la sostenibilidad como un coste, hacia un motor de innovación y competitividad. El cambio en beauty ya no es una cuestión de futuro. Asumir el reto hoy, permitirá a las marcas liderar, diferenciarse y crecer en un entorno donde cumplir con el planeta, es la mejor inversión a largo plazo. “Un envase recargable puede convertirse en una experiencia premium que abre nuevos modelos de negocio y genera fidelización”

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