90 opinión piel de sus lípidos esenciales, dañando la barrera. La piel, en un mecanismo de defensa biológico, sobrecompensa el déficit de lípidos, estimulando aún más la producción de sebo (efecto rebote). La solución profesional es abogar por la limpieza doble (si usa maquillaje o protector solar) y el uso de tensioactivos suaves y anfotéricos que limpien eficazmente sin alterar el manto ácido (pH ideal cercano a 5). La primera limpieza con un aceite rico en ácido linoleico o un bálsamo emulsionable es ideal para “disolver grasa con grasa de calidad”. También el uso de aceite de jojoba es una opción muy válida para eliminar maquillaje a base cerosa como los lápices de ojos. La hidratación es la gran olvidada Existe la creencia errónea de que, si la piel es grasa, está hidratada. El sebo es lípido (aceite), no agua. Todas las pieles necesitan humectantes y emolientes. La piel grasa requiere humectantes hidrosolubles como el ácido hialurónico (de bajo peso molecular), la glicerina o el pantenol, para ligar el agua a la epidermis y mantener la elasticidad y flexibilidad, sin aportar pesadez. Eso sí, se deben priorizar emolientes no comedogénicos y ligeros (ej. siliconas volátiles, triglicéridos de cadena media) para sellar la hidratación sin ocluir los poros. La piel grasa es, a menudo, una piel sensible y reactiva. Los constantes ataques con ácidos exfoliantes muy concentrados, el scrubbing físico o productos con alcohol pueden disparar la sensibilidad, resultando en rojeces, reactividad e inflamación, debilitando a largo plazo su capacidad de defensa. Protocolo avanzado para la piel grasa: equilibrio y longevidad Para que la piel grasa maximice sus beneficios antiedad, el enfoque del profesional debe “La piel grasa necesita humectantes hidrosolubles como el ácido hialurónico o la glicerina para mantener la elasticidad sin aportar pesadez”
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