Fernanda Arreola, profesora de Estrategia, Innovación y Emprendimiento en ESSCA School of Management
Johann Vitrey-Tardif, profesor de Luxury Marketing e International Trade en ISC París, IESEG París, París Perfume School y Thelma Business School
Explorando el legado y la innovación en la perfumería francesa, desde las influencias de Luis XIV hasta las estrategias contemporáneas de la industria. Descubra cómo la creatividad y la tecnología están transformando la experiencia del perfume más allá de las fragancias tradicionales.
Francia ocupa una posición única como epicentro del mundo del perfume. Esto se debe a su herencia histórica, que ha ayudado a construir un imperio de marcas que presentan con orgullo la referencia de París en sus frascos. A lo largo de la historia, personas de todos los rincones de Europa han acudido a estas casas de perfumes en busca de las últimas fragancias, descubriendo repetidamente las innovaciones que tienen que proponerles.
Las raíces de la perfumería francesa se remontan a Luis XIV, conocido también como el Rey Sol, quien desempeñó un papel fundamental en su desarrollo. Conocido por construir el opulento Palacio de Versalles, Luis XIV estableció lo que más tarde se conocería como la corte perfumada. Los historiadores cuentan que Luis XIV tenía miedo de bañarse, pues creía que al hacerlo enfermaría y propagaría enfermedades. Por ello, en lugar de esto, pedía a los miembros de su corte de rociarse con perfume al entrar en las inmediaciones del palacio.
Esta particular creencia higiénica hizo que la perfumería se tratara casi como una ciencia, implicando la idea de que las fragancias también tienen beneficios medicinales. Como resultado, tanto hombres como mujeres incorporaban importantes cantidades de elixires perfumados a sus rutinas de aseo personal. Las fragancias se rociaban incluso en los muebles y, como sugieren los rumores, en las fuentes.
El legado de las fragancias continuó a lo largo del tiempo, a pesar de una pausa como consecuencia de la Revolución Francesa. En dicha época, la encarcelación de la nobleza llevó a los perfumistas a reducir sus operaciones e idear nuevas formas de impulsar la popularidad de los perfumes. Con el tiempo, la industria francesa del perfume experimentó un resurgimiento, convirtiéndose en uno de los mayores creadores y proveedores de perfumes. Hoy en día, atiende a un público diverso, garantizando así que todo el mundo, no solo la nobleza, disfrute de una experiencia fresca y fragante.
La naturaleza no tan innovadora de las fragancias
Los perfumes se componen de notas de base, notas medias y notas altas. Las notas de base incluyen el pachuli, la vainilla, el sándalo y el almizcle. Las notas medias se componen de notas florales, especias y hierbas. Las notas altas incluyen cítricos, notas afrutadas y algunas notas herbáceas como la albahaca. Tras mezclar estos ingredientes, los perfumistas deben aplicar fijadores (ámbar o resinas) y modificadores (estos pueden añadir una nota fresca o más limpia a la fragancia). Una vez que el perfumista ha hecho su elección, mezcla cuidadosamente los ingredientes para crear una fragancia.
Sin embargo, no todas las fragancias son agradables a nuestro olfato y de igual forma tampoco somos sensibles a las diferencias, a veces infinitas, de ingredientes entre un perfume y otro. Los perfumistas quieren evocar en nosotros una sensación de proximidad, lo cual hace que valoricen aromas que nos son conocidos (populares, recientes) a fin de hacer apelo a nuestra memoria. Por ejemplo, el pachuli, una nota de base, es una nota muy utilizada que se incluye en una amplia gama de fragancias, y que solemos interpretar positivamente. Esto hace que con más frecuencia de lo que sabemos, el pachuli está en nuestra vida cotidiana. Así es, nuestro día huele a pachuli.
Si no es el producto, ¿entonces qué?
Tomando en cuenta que la industria de la perfumería no puede innovar drásticamente, esta se ve obligada a considerar otras formas de innovación de producto.
Todo lo que se hace en el sector de la perfumería puede ser entonces una fuente de inspiración que puede ayudar a plantear de otro modo la comercialización y la comunicación de nuevos productos. Y lo que es más importante, puede ofrecer pistas sobre cómo innovar en sectores en los que los competidores proponen productos muy similares y en los que es poco probable que la innovación de producto aporte una ventaja para la diferenciación.
Packaging: si no se puede cambiar el producto, se puede cambiar su envase. Además, el packaging puede cambiar de naturaleza (caja, botella…) pero incluso de materia prima (reciclable, reutilizable, lavable…). Un ejemplo de envase reciclable en perfumería es Bois Imperial, los frascos son de vidrio, sin estuche, con un enfoque sostenible. Otros ejemplos son SEXY by Honoré des Prés, con un envase original que destila autenticidad y el encanto del ayer. También podemos tomar el ejemplo de Angel by Mugler, pionero de las recargas de frascos.
Concepto: el mensaje conceptual con el que se propone el producto le permite adaptarse al cambiar su color o bien la forma en que se dirige a una comunidad (orgullo gay, supervivientes de cáncer, nacionalidad...). Un ejemplo es Blood Concept, una marca en la que eliges el grupo sanguíneo que quieres llevar.
Comunicación: como su nombre indica, consiste en cambiar el mensaje. Por ejemplo, si no puedes hacer que la gente huela tu producto, ¿cómo vas a hacer que lo compre? Se puede, por ejemplo, evocar otras cosas que den una idea de las emociones sensoriales que se experimentarán una vez utilizado. Así, la empresa de velas Promenade à Auvers basa los aromas en los paisajes originales que Vincent Van Gogh utilizó para inspirar sus cuadros. En cuanto a la narración de historias, también podemos encontrar el increíble trabajo de Eight & Bob, que viene empaquetado en forma de libro.
Retail: el posicionamiento de un producto puede basarse en los mensajes que lo rodean, en el discurso que utiliza un vendedor para presentarlo o incluso en el concepto que busca el comprador. Un ejemplo es el Nose perfume diagnosis que permite crear un retrato olfativo y recibir recomendaciones personalizadas.
Tecnología: la innovación industrial puede ayudar a los productores a innovar los procesos en torno a la fabricación de sus productos. Además, puede hacer que el producto esté disponible de otro modo. Un gran ejemplo es el dispositivo olfativo P'tit Sniff. El P'tit Sniff es un mini difusor olfativo personal para llevar a todas partes, ajustable según los deseos gracias a cartuchos intercambiables.
Red: la gente se basa cada vez más en dónde encuentra el producto para decidir si lo compra o no. No se trata solo de vender online, sino también de saber quién es el distribuidor. Perfumist es la primera aplicación colaborativa de asesoramiento sobre perfumes, creada por entusiastas del perfume, para ayudar a descubrir las fragancias que mejor se adaptan a un usuario.