Jorge Ferre Mora, Product Manager Cosmética en AITEX.
Un encuentro que reunió a más de 200 profesionales para debatir sobre sostenibilidad, eficacia y nuevas oportunidades en la cosmética biotecnológica.
El pasado jueves 18 de septiembre celebramos en AITEX el IV Congreso de la Industria Cosmética y, como Product Manager de la división de Cosmética, tuve la suerte de vivirlo desde dentro. Organizar un evento así es una mezcla de nervios, ilusión y, sobre todo, responsabilidad. Queremos que sea útil para las empresas, inspirador para los profesionales y un punto de encuentro donde ciencia e industria hablen el mismo idioma.
El lema elegido —“Biotecnología aplicada al cuidado de la piel y el cabello”— no fue una casualidad. Llevamos años viendo cómo la biotecnología pasa de ser una palabra a convertirse en una herramienta imprescindible para crear productos más sostenibles, eficaces y personalizables. Lo más interesante es que ya no hablamos de ciencia ficción: pudimos ver casos reales de empresas que están lanzando activos obtenidos mediante procesos biotecnológicos, mejorando texturas, reduciendo el impacto ambiental y respondiendo a problemas tan concretos como la hiperpigmentación, la reducción de arrugas o la sensibilidad cutánea.
Lo que me llevé de las ponencias
Uno de los momentos que más disfrutamos fue escuchar a Federico Grau, CEO de Madeinplant, hablando de cómo la biotecnología está redefiniendo lo que entendemos por cosmética moderna. Nos hizo pensar que estamos en un punto en el que los límites entre laboratorio, naturaleza y consumidor se están desdibujando y cada vez son más estrechos.
También me pareció muy inspiradora la intervención de mi compañera Cristina Guillem, que puso sobre la mesa las grandes tendencias actuales de atención: las empresas que no empiecen a mirar en esta dirección se quedarán por el camino en innovación.
Me gustó ver cómo expertos clínicos con enfoques muy distintos, como nuestro dermatólogo de AITEX Joaquín Espiñeira o la farmacéutica y divulgadora Asun Arias, aterrizaron estos conceptos a la práctica: ¿Qué significa todo esto para la piel de alguien con una patología crónica? ¿Cómo se traduce en un consejo en la farmacia? Ese puente entre ciencia y consumidor final es donde realmente se ve la utilidad de todo lo que hacemos.
Por supuesto, fue un orgullo escuchar a Consuelo Vaquer, CEO de Nirvel Beauty Group y presidenta del Clúster de Cosmética de la Comunidad Valenciana, remarcando la importancia de estos espacios de encuentro. Sé bien lo difícil que resulta, pero también lo imprescindible que es impulsar sinergias en un sector que en ocasiones funciona de forma demasiado aislada.
Casos reales que inspiran
Si algo demuestra que la biotecnología ya está presente en el sector, son los casos de éxito que compartieron los participantes de la primera mesa redonda: Prospera Biotech, System Skin y Vytrus Biotech. Tres ejemplos diferentes, pero con un denominador común: ciencia aplicada que llega al mercado en forma de soluciones reales.
Ver a estas empresas contar sus logros fue alentador: confirma que lo que debatimos en el congreso no se queda en teoría, sino que ya está generando negocio, desarrollando y mejorando nuevos productos. La mesa redonda posterior también fue muy enriquecedora. Regulación, claims, innovación, sostenibilidad. A nivel personal me quedo con la idea de que la biotecnología no es solo una herramienta de formulación, también nos obliga a repensar cómo comunicar y demostrar la eficacia de los productos que lanzamos.
Talleres prácticos
En cosmética podemos hablar de tendencias todo lo que queramos, pero al final la clave está en el “cómo”. Cómo cumplir con las normativas de etiquetado, cómo diseñar estudios de eficacia para reivindicar un claim de forma sólida, cómo adaptarnos a los nuevos estándares en protección solar. Estos talleres fueron muy útiles porque aterrizan la teoría en acciones que cualquier empresa debe poner en marcha si quiere ser competitiva.
Una reflexión personal para cerrar
Cuando nuestro director general, Vicente Blanes, cerró el congreso, subrayó algo que me parece esencial: la biotecnología no es una moda, es un eje estratégico. Desde mi posición en AITEX lo veo cada día: empresas que se acercan buscando apoyo en proyectos I+D, startups con ideas rompedoras, grandes marcas que quieren diferenciarse… todas, de una manera u otra, están mirando hacia la biotecnología.
Mi conclusión personal sobre este congreso es clara: la cosmética del futuro será biotecnológica, sostenible y basada en evidencia científica. Y si no lo es, probablemente no tendrá futuro.
Salir de la jornada con más de 200 profesionales compartiendo conocimiento, dudas y experiencias reafirma que el sector español tiene talento, creatividad y ganas de hacer bien las cosas. No podemos estar más orgullosos de que nuestro congreso se haya convertido en un punto de referencia. Pero, sobre todo, me quedo con la sensación de que lo mejor está aún por venir.
 
                               
                
						 
			


 
						



