Estas Navidades, Kenzo rinde homenaje a la técnica ancestral japonesa del Kintsugi, nacida en el siglo XV, que consiste en reparar objetos agrietados o rotos resaltando sus fisuras con oro, en lugar de ocultarlas. Esta filosofía, que subraya la belleza en la imperfección, se convierte en una poderosa metáfora para la vida: el Kintsugi no solo repara, sino que transforma las cicatrices en elementos de fortaleza y resiliencia.